domingo, 27 de julio de 2014

Armar Plantines

Armar plantines en almácigo mejora las posibilidades de éxito de nuestra siembra. Usando esta  técnica podemos adelantar tiempo, aprovechar espacio, escalonar la siembra y brindar todas  las condiciones necesarias para generar plántulas fuertes y sanas listas para el trasplante.
Se pueden preparar los plantines en distintos recipientes (botellas cortadas, potes de yogur y hasta diario enrollado), pero en algunos viveros podemos encontrar unas bandejas diseñadas exclusivamente con este propósito. Estas bandejas de "plugs" están compuestas por muchas celdas, y de cada una de ellas vamos a conseguir un plantín.
Lo más importante de este tipo de siembra es generar un sustrato con las mejores condiciones físicas (consistencia y porosidad) y químicas (nutrientes y ph), para que las plantas puedan desarrollar su parte aérea y su parte radicular de la mejor forma posible. El sustrato es una mezcla uniforme de distintos componentes. En mi caso los componentes que uso son turba, perlita, vermiculita, suelo (tierra) y compost.


 Perlita: Es inorgánico y se obtiene mediante la expansión de arcilla que se calienta a 1000ºC (algo así como un pochoclo de arcilla). Tiene ph neutro y proporciona mucha porosidad y volumen.
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Vermiculita: Es inorgánica, y está compuesta por mica (como la que se encuentra en Córdoba) molida a diferentes tamaños. Aporta un poco de Potasio (K) y Magnesio (Mg). Da porosidad a la mezcla, pero no tanto como la perlita.
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Turba: Es un elemento orgánico producto de la fermentación de restos vegetales en condiciones especiales que se dan en el sur de Argentina. No aporta muchos nutrientes, pero tiene la capacidad de retener gran cantidad de agua (400 veces su peso). Para usarla tiene que estar húmeda y desmenuzada.
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Suelo: La tierra negra es compacta y tiene minerales. Es una mezcla de elementos orgánicos e inorgánicos (arcilla, lino y arena ) en distintas proporciones. Le da cohesión al sustrato, para que no se desarme en el momento del trasplante.
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Compost: Es el resultado de la descomposición de desechos orgánicos (hojas, pasto, restos vegetales  de cocina, etc.). Le da mucha porosidad y nutrientes a la mezcla.
Usando una parte de cada elemento, mezclando y agregando agua, generamos el sustrato con el que vamos a llenar las bandejas. Es muy importante mezclar bien, para que no queden grumos y así asegurar un mejor ambiente para las semillas.

Una prueba que se puede hacer, para saber si tenemos un buen sustrato, es tomar un poco de la mezcla con la mano y ejercer presión. No hay que apretar mucho. Con esto vamos a ver si logra mantener su forma, que no sea muy compacta y que no tenga demasiada agua. Si la mezcla se desarma muy fácilmente, hay que agregar tierra que une los componentes. Si se formó una masa muy compacta, hay que agregar perlita que da porosidad. Y si está demasiado húmeda, se le agrega un poco más de todos los componentes. Hacemos esta prueba hasta obtener la consistencia que buscamos, ni muy suelta, ni muy compacta ni tampoco muy húmeda.


Una vez llenas las celdas, vamos a ejercer un poco de presión con el dedo en el centro de cada una, para armar un pequeño pozo donde irán las semillas (1). Hay q colocar de 3 a 5 semillas en cada celda. Esto va a mejorar las posibilidades de obtener una planta por celda (2). No hay que colocar demasiadas, porque después se hace muy difícil ralear. Tampoco hay que colocar sólo una, porque el poder germinativo de las semillas puede ser bajo, y vamos a estar cuidando semillas que nunca van a prosperar.
Con las semillas en su lugar, se cubre con la misma mezcla (3). No hay que ubicar las semillas a mucha profundidad porque se pueden agotar los recursos antes de ver la luz del sol. Una buena guía es sembrar las semillas a una profundidad de 2 o 3 veces su diámetro.


Con las semillas cubiertas, vamos a ejercer de presión con la palma de la mano, para asegurar un íntimo contacto entre la semilla y el sustrato. Finalmente regamos con una fina lluvia y aseguramos la humedad en cada celda. Identificamos la bandeja con el cultivo y la fecha de siembra.
Hay que ubicar las bandejas en un lugar de luz y temperaturas parejas para que tengan buen crecimiento. La falta de luz puede hacer que los plantines se estiren mucho, y se debiliten los tallos. La temperatura afecta mucho a las celdas porque contienen poco sustrato, y en una tarde de calor las plantas se pueden deshidratar y morir.


Es muy importante asegurar la constante humedad en el sustrato, especialmente en la etapa germinativa, ya que si la semilla sufre un estrés hídrico (falta de agua) durante ésta etapa, no va a prosperar. Una buena técnica para asegurar la humedad, es cubrir las bandejas con una hoja de diario. Esta técnica previene el escape del agua por evaporación, pero hay que estar muy atento, y sacar la hoja una vez que las plántulas emergen del sustrato.
Las primeras veces que se preparan almácigos pueden ser muy frustrantes, porque requieren de mucha atención para tener éxito. Si logramos unos buenos plantines, le vamos a dar las mejores posibilidades a nuestros cultivos una vez trasplantados en la huerta.


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